La tierra prometida del gravel - Sportlife
Hay un lugar en el mundo dónde todo está preparado para que empieces a pedalear. Tomamos un avión. Poco más de una hora de vuelo y aterrizamos en Nantes. Alquilamos un coche y en 70 minutos estábamos.
Hay un lugar en el mundo dónde todo está preparado para que empieces a pedalear. Tomamos un avión. Poco más de una hora de vuelo y aterrizamos en Nantes. Alquilamos un coche y en 70 minutos estábamos apartando en Angers, allí dónde se encuentra la “tierra prometida” del gravel.
10 de septiembre de 2023 (11:40 CET)

Está claro que el gravel no es una moda en el mundo de la bicicleta; es un tipo de bici que ha llegado para quedarse para siempre gracias a esa polivalencia que te permite rodar “casi” como una de carretera cuando vas por asfalto y que te da libertad de meterte por pistas de tierra. Es, sin duda, la bici perfecta para viajar y hacer turismo a pedales. Nosotros queríamos vivir una primera experiencia de viajar en gravel y mirando en el mapa fijamos nuestros ojos en el norte de Francia dónde muchos nos habían comentado que, con permiso de Girona que también es un espectáculo, estaba el paraíso del gravel.
Unos billetes a muy buen precio en Rynair y volamos hasta Nantes donde llegamos a las 9 de la mañana. Allí habíamos alquilado un coche para ir hasta el que iba a ser nuestro punto de partida: Angers. Considerada como la “ciudad verde” de Francia, está situada en el Valle del Loira y en tierra de algunos de los mejores viñedos del país vecino. Como llegamos antes de comer, aprovechamos para hacer una visita a la joya de la ciudad, su castillo-fortaleza con 17 torres y una muralla de 1 km que fue construido por Saint Louis en 1230 y que fue cárcel durante más de 7 siglos. En su interior podrás ver el impresionante tapiz del Apocalipsis del siglo XIV. ¡No te puedes ir de Angers sin admirarlo!
Comida a las 12.30 (hay que acostumbrarse a las comidas locales), y fuimos a recoger las gravel que habíamos alquilado (lo hicimos en Cycles Cesbron, www.cyclescesbron.fr ). Eran una Specialized Diverge que nos salieron por 65 € los 4 días (¡¡¡mucho más barato y sencillo que pagar por traer la tuya en el avión!!!). Esa tarde hicimos una primera ruta de 17 km para estrenarnos que nos llevó bordeando el río Maine en dirección Bouchemaine hasta llegar a nuestro hotel en Les Pont de Ce. En el camino pudimos ver el antiguo convento de la Baumette y disfrutar con la mejor luz del espectacular momento en el que confluyen en Loira y el Maine. Nos encantó el hotel, Les 3 Lieux (www.les3lieux.com), una antigua fábrica de anzuelos con preciosas vistas sobre el río que baja con fuerza.

Un buen desayuno y con los chubasqueros a mano (que amenazaba una tormenta que no llegó nunca) y listo para la primera gran jornada de bici-turismo. Hay que decir antes que nada que los caminos están muy bien preparados y tienen escaso desnivel por lo que son aptos para cualquier persona que sepa montar en bici, sin que sea necesaria una gran capacidad física o técnica. Nos esperaban 56 kilómetros. Nosotros nos planteamos una primera parte de 17 km pasando por caminos de viñedos hasta llegar al Castillo de Brissac, el más alto de toda Francia. Tiene 7 plantas, 204 habitaciones y 2 grandes torres arquitectónicas. Coincidimos con el duque de Brissac y el mismo nos hizo de guía por el interior con salas con bellísimas tapicerías y un precioso teatro italiano. Incluso tuvimos una degustación de sus vinos antes de aprovechar para pasear con nuestras bicis por los impresionantes jardines (www.chateau-brissac.fr).
Por la tarde, para hacer los 39 km que nos separaban de Chalonnes sur Loire, nos metimos dentro de un bosque “tipo Robin Hood”, con algunas partes embarradas al punto de casi tener que desmontarnos. Casi a la hora de cenar francesa (sobre las 7 de la tarde) llegamos al sitio que teníamos reservado para dormir. En este caso era una casa particular, la de Joelle y Claude, una simpática pareja que tiene una casa del siglo XIX y que les encanta tener ciclistas en su casa de huéspedes. Te dan de cenar como si hubieran llegado sus hijos de visita. (www.chambres-beausoleil-chalonnes.com).

Tercer día de bici y con más ganas de pedalear por este verdadero paraíso del gravel. ¡Hay cientos de kilómetros que son perfectos para pedalear disfrutando de la naturaleza y con cero peligro de tráfico! En esta tercera jornada, no pedaleamos tanto, sobre 40 km, y dedicamos más tiempo al turismo: conocimos la preciosa isla de Béhuard y tuvimos el lujo de poder descubrir con todo detalle cómo producen el vino de forma completamente artesanal en un viñedo familiar llamada Domaine du Closel localizado en el Castillo de Vaults en Savenniéres (www.savennieres-closel.com) en el corazón del Valle del Loire. Y después de hacer nuestro “cursillo” de producción de vinos pudimos probar sus vinos blancos secos, los rojos, los rosados y hasta sus espumosos. Se nos hizo un poco tarde allí…pero una vez recuperados pedaleamos hasta volver a Angers dónde teníamos hotel.

¡HOY 100 KILÓMETROS DE GRAVEL!
No queríamos irnos con ganas de pedalear, por eso para la jornada final en el Maine-et-Loire nos preparamos una jornada final de 100 km. Tenemos que reconocemos que entre la distancia y todo lo que había por ver en el camino se nos fue un poco la mano y regresamos al hotel en Angers prácticamente de noche.
La primera parte aprovechamos un recorrido de La Vélo Francette (perfectamente marcado). Con la ayuda de un barquero, cruzamos a la isla Saint-Aubin, a la que dimos la vuelta pese a la oposición de unas “vacas rebeldes”. Seguimos camino hasta llegar a una de las visitas que más os recomendamos, la del Castillo du Plessis-Bourré (www.plessis-bourre.com, que fue construido hasta cinco siglos por el tesorero de Louis XI. ¡Es como en las películas! De hecho, es habitual que vengan a grabar aquí escenas. Con su sistema de defensa, el doble puente elevadizo, los fosos y un majestuoso patio de 300 metros cuadrados dónde, cómo era el día del patrimonio en Francia, pudimos ver actuaciones teatrales con emocionantes luchas.

Paramos a comer en un original merendero con vistas al río Loir (Guingette Le Kivi, www.lekivik.fr). Estábamos tan a gusto que la sobremesa se alargó y luego tuvimos que ponernos serios al pedaleo para completar el centenar de kilómetros. No faltaron sorpresas como ver en el Garmin una señal de “ferry” y de pronto bajar una cuesta y encontrarte con el paso de un río en el que el barquero eres tú.
Llegamos a Angers justo con la noche pisándonos los talones pero a tiempo de despedirnos con el “homenaje” que se merecía este viaje al país del gravel en “Le Bistroc des Ducs” con un steak tartar que fue la guinda perfecta a estos días de total desconexión gracias a la bici.
EL DIA D A PEDALES
En junio organizan “Nature is Bike”, el festival del gravel y la bici de aventura que dura todo un fin de semana con una gran zona expo múltiples actividades y rutas entre las que brilla el “Gravel of Legend”, que lanza a los participantes a las 6 de la mañana con la marea baja en las playas que vivieron el Desembarco de Normandía que cambió la Segunda Guerra Mundial. Son 327 km con 2500 metros positivos hasta llegar a Angers y te dan 22 horas para completarlos. www.natureisbike.com

GUIA PRÁCTICA
- Aeropuerto más cercano: Nantes (91 km). En 1h 10 minutos llegas a Angers.
- Páginas web: www.tourisme.destination-angers.com
- Planes para un día sin bici: Layak en el Lac de Maine (www.ckca.fr) y Terra Botánica (un parque dónde las atracciones son las 500.000 plantas que tienen)
NL: Queremos agradecer especialmente a Olivier Bouchereau todo el apoyo que nos dio durante el viaje.