Tras una larga fuga el italiano del Jayco AlUla supera al sprint a Thibaut Pinot, que se viste con la "maglia azzurra". Un renacido Roglic pasa al ataque; Geraint Thomas aguanta y sigue líder y Almeida pierde 21".
25 de mayo de 2023 (17:52 CET)
El Giro de Italia llega a su momento álgido. En la 18ª etapa, primera de las tres jornadas decisivas que decidirán esta edición de la corsa rosa, un renacido Primoz Roglic mostró mejor cara que el martes y pasó al ataque en el puerto más duro, el Coi, donde logró soltar a un Joao Almeida que cedió 20" en la meta de Val di Zoldo. A rueda del esloveno llegó Geraint Thomas, sólido líder, el día de su 37º cumpleaños.
La victoria de etapa salió de una fuga de calidad, compuesta mayitoriamente por grandes escaladores. Thibaut Pinot (Groupama-FDJ) y Filippo Zana (Jayco AlUla) se quedaron solos en la subida al duro Coi (5,8 km al 9,7%) y se jugaron la victoria al sprint en Val di Zoldo. Cayó del lado del campeón de Italia -su primer éxito en una carrera del WorldTour, y lograda en su región, el Véneto-, que dejó de nuevo con la miel en los labios al combativo ciclista francés, segundo como en Crans-Miontana. Tercero llegó Warren Barguil (Arkéa-Samsic), a 50", y cuarto el canadiende Derek Gee (Israel-Premier Tech), una de las grandes sensaciones de este Giro.
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Pinot lanzó el sprint a falta de 200 metros y apretó los dientes. Nunca ha sido un ciclista explosivo y se vio superado, en un cerrado final, por Zana. Se le resiste la victoria a un corredor ejemplar, siempre valiente, que dejará el ciclismo a final de temporada. Se lleva como consuelo una maglia azzurra de líder de la Montaña que tendrá que defender mañana en la etapa reina, plagada de puertos de entidad. Nada menos que cinco colosos que serán escenario de una nueva batalla entre los tres corredores que se están jugando el Giro de Italia.
A la misma llega Geraint Thomas con 29" de ventaja sobre Roglic, que sube a la segunda posición, y 39" sobre Almeida, el gran daminificado de una etapa intensa en la que hemos visto a INEOS Grenadiers marcar su habitual trenecito y al Jumbo-Visma pasar al ataque con el supergregario Sepe Kuss lanzando al esloveno. El tres veces ganador de La Vuelta no se rinde.
Queda poco Giro -solo tres etapas- y a la vez queda mucho; las dos que se prevén como más decisivas. Lo que no se resuelva mañana en el tappone de las Tres Cimas de Lavaredo, con cinco grandes puertos y 5.400 metros de desnivel positivo, se habrá de resolver el sábado en la temible cronoescalada al Monte Lussari, con rampas imposibles. La corsa rosa sigue muy viva.
Desde la salida hubo mucha batalla por coger la fuga, pero el pelotón no estaba por la labor. No sería hasta la subida de la primera dificultad de la jornada (Passo della Crosetta, de 11,6 km al 7,1%) cuando se destacó un repoker de grandes escaladores: Aurélien Paret-Peintre (AG2R Citröen), Filippo Zana (Jayco AlUla), Derek Gee y Marco Frigo (Israel-Premier Tech), y Thibaut Pinot (Groupama-FDJ), que iba en busca de recuperar la maglia azzurra de la clasificación de la Montaña.
Con Primoz Roglic circulando en la parte trasera del pelotón, INEOS marcaba un ritmo fuerte que mantenía a raya a los escapados: 30” en la cima. Tras coronar la Crosetta la carrera se tranquilizó, dando vía libre a que la fuga por fin despegara. Vadim Pronskiy (Astana) y Warren Barguil (Arkéa-Samsic), que rodaban intercalados, enlazaron con el grupo cabecero, que pasaba a ser de siete, y la diferencia se disparó hasta los seis minutos llegando a la parte decisiva de la etapa, que arrancaba con la subida a Forcella Cibiana (9,6 km al 7,8%). Quedaban 35 kilómetros finales sin descanso.
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En la subida a este coloso el ritmo de los INEOS Laurens De Plus y Thymen Arensman dejaba el grupo de favoritos reducido a una veintena de corredores. Santiago Buitrago y Jack Haig fueron dos de las numerosas victimas de la marcheta del equipo británico. Por delante Pinot -que había cambiado la biciclerta en la subida- coronaba primero y recuperaba el liderato en el Premio de la Montaña. El grupo de favoritos lo haría a 4´25".
El alto de Coi (5,8 km al 9,7%) era la subida más dura de la etapa, en especial los últimos tres kilómetros, al 10,6% de media y con rampas temibles de hasta el 19%. En este escenario idílico para los escaladores empezó la batalla: Pinot desplegó toda su clase en la montaña, poniendo un ritmo sostenido que solo podía aguantar Zana. Mientras, en el grupo de favoritos Sepp Kuss ponía ritmo para Roglic, provocando la crisis de Joao Almeida. El portugués, fie a su estilo diesel y ayudado por Jay Vine, minimizaba daños a su ritmo.
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La carrera iba rota, y junto a la maglia rosa solo quedaban Kuss, Roglic y Eddie Dunbar. El esloveno del Jumbo-Visma lanzó un primer ataque, respondido con solvencia por Geraint Thomas, que descolgó al irlandés del Jayco AlUla. La lucha ya era un mano a mano entre dos de los grandes favoritos, que a partir de ese momento colaboraron para distanciar a su enemigo común, el portugués del UAE.
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La breve subida a Val di Zoldo (2,7 al 6,4%) no cambiaría mucho la situación de carrera. Mientras Zana y Pinot se jugaban el triunfo al sprint, Roglic y Thomas llegaban juntos, veinte segundos antes que un Joao Almeida que se aferra a sus opciones. Hoy el portugués ha perdido una batalla, pero aún no la guerra.
Mañana viernes llega la etapa reina del Giro 2023. Un paseo por los Dolomitas con el encadenado de cinco colosos para un total de 5.400 metros de desnivel: Passo Campolongo (3,9 km al 7%) , Passo Valparola (14,1 km al 5,6%), el míitico Passo Giau (9,9 km al 9,3%), Passo Tre Croci (7,9 km al 7,2%) y subida final a Tres Cimas de Lavaredo, de 7,2 km al 7,6% de pendiente media con máximas del 18%.
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