El último baile de Dani Navarro - Ciclismo a Fondo
Tras casi una veintena de años como profesional, el ciclista asturiano colgará la bici al llegar a la Castellana y sueña con despedirse a lo grande, levantando los brazos por última vez.
Tras casi una veintena de años como profesional, el ciclista asturiano colgará la bici al llegar a la Castellana y sueña con despedirse a lo grande, levantando los brazos por última vez.
7 de septiembre de 2023 (09:15 CET)

“¡Yo voy igual de jodido que cuando tenía veinte años!”, ríe y bromea Dani Navarro. Ya suma cuarenta, justo en el momento que ha estrenado paternidad. Y entre medias, toda una vida dedicada a darle a los pedales. “Desde los once que empecé en alevines, jamás pensé que iba a estar tanto tiempo aquí”. Lo dice el asturiano y asoma un tono de nostalgia ante lo que sabe inevitable: que esto se acaba.
Dani Navarro es el eterno escalador de tallaje antiguo, un ciclista de los de antes. Sufridor de gesto torcido, de entrega y pasión por lo que hace, luchado en mil batallas. Ésta, la de la Vuelta a España, será la última. “Salvo que ande una barbaridad y veo que puedo seguir pero no va a pasar. Ya son muchos años y me da pena”.
Su plan es colgar la bici nada más cruce la meta de la Castellana el próximo 17 de septiembre al concluir La Vuelta, a donde ha llegado casi de casualidad. “Al final me trajeron y quiero disfrutarla al máximo”. Será la novena ronda hispana que corre junto a los cinco Giros de Italia y los nueve Tours que tiene en las piernas. 23 grandes vueltas. Casi nada. La ronda francesa, no lo duda “es mi favorita. Me dio pena cuando supe que no tenía opción de correrla más veces”.

Todo ha cambiado del ciclismo al que él dio el salto en el 2005 de la mano del Liberty Seguros al que ahora sufre en el pelotón vestido con los colores del Burgos-BH. El ciclismo de ahora es muy distinto al de Dani Navarro. Ciclistas como él están en extinción. “Soy el ciclista más viejo de La Vuelta. Luisle, Imanol Erviti y yo somos de la misma generación pero por meses, el más mayor soy yo”. Dice que la mayor diferencia que nota es que "ahora van muy rápido. Solo hay que ver el ritmo que lleva el Jumbo. Un paso por encima”.
Los años, que no pasa en balde. “Siempre ha sido muy difícil ganar, pero ahora lo es en todas las carreras. Cuando pasé había pruebas como la Vuelta a Andalucía o Valencia que eran preparatorias, no se iba tan fuerte y ahora vienen los equipazos que tienen un presupuesto muy alto y solo quieren ganar. El nivel es mucho más alto y se va rápido en todas partes. Veo a los jóvenes con más hambre, no perdonan etapas ni generales en ningún lado y dejan pocas opciones a los demás”.

La última vez que levantó los brazos fue precisamente aquí, en la Vuelta a España. Hace ahora nueve años, en Cabárceno. “Quiero intentarlo y volverlo a conseguir”. Para despedirse a lo grande. “Mi objetivo pasa por coger una fuga y rematarla. Hay mucho terreno por delante pero con la edad noto que me cuesta ya, porque soy menos explosivo y al principio de la etapa cuesta meterse en la escapada. Noto que poco a poco voy mejor, he llegado a la Vuelta con muy poca competición desde los Campeonatos de España, solamente corrí la Arctic Race. Pero día a día me voy encontrando mejor”.
Y después, se acabó. “Quiero disfrutar de mi hija Cataleya, que apenas la he visto desde que nació”. No oculta que teme al día después: “Empecé con once años, llevo casi treinta andando en bici y se me va a hacer muy raro pero no me puedo quejar, he tenido una carrera profesional muy buena y estoy muy contento. Me gustaría seguir vinculado al ciclismo, ser director que ya tengo el título. Creo que tengo experiencia y puedo aportar mucho���.